lunes, 5 de enero de 2009

De la Contradicción Fundamental al 2009 (Parte I/III)

En junio de 1983 encontró a un grupo de jóvenes radicales en la militancia por la recuperación de la democracia argentina, de su análisis de la realidad nacional surgió uno de los documentos políticos que marco el ingreso de muchos otros jóvenes a la militancia activa del radicalismo en esos años, se conoció como la Contradicción Fundamental.


Meses después Raúl Alfonsín asumía como Presidente de los Argentinos, y reestablecería la democracia en nuestro país después de 53 años de inestabilidad institucional. Era un momento crucial e inédito, ya que era la primera vez que un gobierno de facto dejaba el poder sin condicionamientos explícitos, máxime cuando el pueblo argentino se había inclinado mayoritariamente contra el pacto militar-sindical urgido desde el seno del peronismo.


La militancia debatía elocuentemente como conformar la ampliación del campo popular, sabiendo fehacientemente eso que “cuando se suma se suma hay que saber sumar bien”, y que más allá de nuestras propias banderas partidarias era necesario identificar al pueblo del antipueblo.


A 25 años de eso comienzo tan vigoroso como auspicioso, es conveniente realizar un balance de los logros obtenidos, así como de la actualización de sus postulados que nos permitan analizar nuestra trayectoria desde entonces, así como establecer nuestros marcos de alianzas para la consecución de aquellos objetivos no alcanzados.


Los hechos ocurridos en diciembre de 2001 transformo profundamente los aspectos políticos del país. A partir de allí, los partidos tradicionales se encuentran sumidos crisis de diferente origen, y las nuevas estructuraciones políticas no llegan aún a conformarse como herramientas de cambio social a nivel nacional. Pero no hay duda, la matriz política nacional ha cambiado en forma definitiva.


A fines de 2001 sucedió uno de esos hechos que los dirigentes que los propician no logran avizorar sus consecuencias, y que producen cambios permanentes en la sociedad. Así como en 1912 la sanción de la Ley Saenz Peña fue el comienzo de la destrucción efectiva del régimen falaz y descreído de la generación del 80´, con la incorporación del voto a los sectores populares y la eliminación del fraude; octubre de 1945 fue la inclusión dentro de la vida política argentina del proletariado industrial y rural que hasta ese momento tenían vedado el acceso al poder; los hechos de 2001 fueron una reacción popular contra el último intento de lograr la imposición de políticas conservadoras que comenzarán con el golpe de estado de 1976, en la cual participaron dos protagonistas principales, por un lado, la enorme masa de excluidos del sistema[1], que en esos momentos eran los grandes perdedores del sistema social implementado, y por el otro, gran parte de la clase media no politizada, que salio a la calle a defender sus intereses sectoriales[2].


Las preguntas entonces son ¿Siguen vigentes las cuestiones fundamentales de la Contradicción Fundamental? ¿Qué paso con la generación del 83´? ¿Logramos los objetivos que nos propusimos? ¿Qué estructuración de alianzas debemos repensar para el futuro?


La vigencia de la Contradicción Fundamental en el 2009 es clara y evidente desde el marco conceptual que ella preceptuaba[3], y esa noción nos lleva a tener que repensar en donde se encuentra hoy campo popular, que siguen siendo “…el campo del Pueblo, la clase trabajadora urbana y rural, las clases medias (pequeña y mediana burguesía comercial, industrial y rural), los profesionales, la intelectualidad progresista y el movimiento estudiantil”[4], y en donde el campo del antipueblo, los cuales han mutado en los últimos 25 años.


La nueva configuración del antipueblo se plasmo sobre la globlalización de la economía mundial, que trajo aparejado la transnacionalizacion de los capitales, tanto físicos como financieros, la incorporación de nuevos-viejos actores políticos, económicos y sociales emergentes de la fase profunda del capitalismo financiero internacional.


El componente nuevo esencial de esta configuración es la enorme masa de recursos financieros que, unidos a las mejoras tecnológicas en materia de comunicación y la baja regulación internacional sobre los movimientos de capitales, entran y salen fugazmente provocando grandes oscilaciones en la valuación de los activos financieros y las divisas de los países emergentes, restando posibilidades al manejo de una política económica nacional orientada al desarrollo.


A su vez, el año 2008 fue protagonista del crack financiero más importante desde la crisis de 1930, vinculado a la sobreexpansión del dinero fiduciario sin respaldo de la actividad real, que ha provocado un ajuste de la cuasirenta financiera, y que tendrá un fuerte impacto en la actividad económica de todos los días, aumentando de esta forma las tensiones entre los sectores nacionales y los antinacionales por obtener las porciones de la riqueza que le permitan mantener sus estándares de vida.


Ello sumado a la monopolización y concentración en pocas manos de los diferentes sectores industriales y agrarios, implica que 25 años después nuestras contradicciones principales siguen siendo las mismas, y son las que impiden un desarrollo genuino del Pueblo Argentino, cuartando así su derecho a construir una sociedad justa, libre e igualitaria.


En una primera conclusión podemos afirmar que la contradicción fundamental de los argentinos sigue siendo nacional, y de carácter eminentemente dialéctico, en donde fuerzas contrapuestas del pueblo y el antipueblo no han obtenido un triunfo una sobre la otra, o por lo menos una ventaja decisiva para la imposición de su proyecto.


En esta inteligencia, abordaremos un análisis de las estrategias actuales de ambos polos contradictorios y su caracterización, a los fines de replantear la discusión que actualice los contenidos mínimos del programa que debería impulsar el campo popular, en su principal objetivo de inclinar de la balanza a su favor.


Roberto Manuel Ortea

Enero 2009

Preliminar


[1] Que a partir de esa acción colectiva pasaron a tener una gran participación política en la vida nacional (movimiento de piqueteros y otras organizaciones sociales).

[2]La clase media se sintió atacada en sus derechos de propiedad sobre sus tenencias monetarias en los bancos, y tuvo un reclamo netamente sectorial, que una vez establecidos nuevamente esos derechos de propiedad volvió a sus vidas normales retirándose de la escena pública.

[3] Para ser explícitos en esos momentos definíamos como contradicción fundamental “al enfrentamiento principal de sectores sociales en una sociedad determinada, que por su importancia trasciende el marco de los demás enfrentamiento sectoriales que existen los cuales adquieren un carácter secundario y proyecta sus consecuencias hacia todos los sectores de esa sociedad.”

[4] Extraído de la Contradicción Fundamental